Desarrollo Urbano y Pérdida de las Microcuencas
El desarrollo urbanístico de la ciudad de Pereira, desde su fundación ha sido un desastre ecológico bien planificado.
El 25 de junio de 1541, sobre una colina que divide las cuencas del rio Otún y el rio Consota, se funda a Pereira con el nombre de Cartago, esta población se mantuvo hasta 1691, es decir 150 años. El 30 de agosto de 1863 se refunda a Pereira, con el nombre actual y en el mismo sitio, es decir, 172 años después.
Hoy la ciudad es una enorme placa de concreto que tapiza un sin número de quebradas que antes hacían parte de la zona baja del bosque de niebla.
A principios de 1900 las aguas servidas de la población ya enrarecían las aguas de la quebrada Egoyá. Se había marcado un destino para las microcuencas: “vertederos de aguas sucias”
Para los años 40 la población se había extendido hasta otro cuerpo hídrico: La quebrada Arenales, también sucumbió
En Pereira, como en el resto de las ciudades andinas, se instauró la costumbre de urbanizar aguas arriba, y no aguas abajo, como debiera ser.
Con la construcción del barrio Providencia, se condenó a muerte la quebrada la Dulcera (1960).
Entre los años 60 y 70 se construyeron los barrios Boston y San Luis, allí se perdieron las quebradas Tijeras y El Vergel y se contaminó el río Consota.
Los terrenos disponibles para vivienda, entre las márgenes de los ríos Otún y Consota se agotaron, sin embargo la necesidad de vivienda en Pereira era manifiesta.
A pesar de que la administración municipal era consciente de que los cartagueños (viejos parientes suyos) tomaban el agua del rio Consota, se promovió la construcción del barrio Cuba.
Así condenaron a los vecinos del sur a tomar un agua, a la que, cada que en Cuba vaciamos un sanitario, le hacemos un pésimo aporte.
Por los años 90 se fue consolidando el concepto del agua como recurso económico y en una empresa a largo plazo, se pavimentó el trayecto final de la quebrada el oso.
En la primera década del siglo XXl la historia, se repite. La quebrada Letras es la presentación de un proyecto de urbanización, que no consulta el medio natural, simplemente lo toma y si es necesario lo destruye